ARROJADOS de su hábitat natural en las vecinas costas gallegas por la artes de arrastre, el urbanismo si ley, los incendios forestales, los vertidos sin control y otras desfeitas de cabotaje, no les quedó otra que emigrar y eligieron la misma vía de escape utilizada hace algunas décadas por los alegres y esforzados segadores que con su hatillo y las hoces al hombro vimos cruzar hacia Castilla, cantando bajo un sol de justicia.
El cormorán pesca para sobrevivir, sin acumular, sin dañar más de lo necesario, sin acudir a los vertederos o a la carroña y en ese menester se han posesionado de todos los ríos comarcanos y aledaños.
Dicen los ribereños que son muy eficaces y debe ser cierto, tal como les vi evolucionar sobre el lago del campo de Golf de Congosto, igual que lo hicieran en las Islas Cíes, pero no sé si es bastante para cargar en su debe el abandono de los ríos trucheros de León, con mucho contento de las autoridades incompetentes, ahí me las den todas, pensarán los responsables, mientras los usuarios paganos culpan al pájaro de la desaparición de las truchas, llamo paganos a esa legión de pescadores que esta temporada, como la anterior, siguen moviendo una importante economía provincial y pagando cotos que ya no merecen ese nombre.
Desde que la escritora Matilde Asensi se atrevió a situar el Santo Grial en las entrañas del Bierzo, leo todo lo suyo que cae en mis manos, ahora un viaje novelado a lo ancho de la China del Gran Emperador, donde refiere que los pescadores de Nanking, en la desembocadura del río Yangtsé, cansados de nombrar a Buda cada vez que un cormorán entraba en su territorio, les asociaron a su trabajo enseñándoles a regurgitar en las cestas de sus gabarras los peces, vivos, sin daño y listos para el mercado, sellando de esta forma la paz inteligente con ese pájaro pájaro razonable a quien un ribereño de Burbia cataloga y define, en dos palabras, como «el curmurán hijoputa».
En vez de juramentos y declaraciones de exterminio, sería más inteligente la creación de una UTE con el advenedizo, mientras la Junta de Castilla y León toma cartas en el asunto, asociación temporal que estaría avalada por razones tan de peso como que ambas partes se necesitan para sobrevivir en el oficio, que tampoco será más difícil regurgitar que volar desde as Illas Estelas hasta Tejedo de Ancares y que los cormoranes, eso sí, son más eficaces que los servicios de la Junta de Castilla y León.